Cultura

“Director de Cultura Protocolo y Ceremonial”


Municipalidad de  Almirante Brown, Provincia de Buenos Aires
(Desde año 1955 a 1970)

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(Municipalidad de Almirante Brown)


Acto cívico: “ANIVERSARIO DE ADROGUÉ”:






Acto Inaugural de un club



-        Foto de Paz Higinia Flores de Barral al micrófono.
  


  

STAFF: “INTENDENCIA DE ADROGUÉ”  (Provincia de Buenos Aires)


Visitando entidades de Bien Publico:
-        Intendente Cnel. Junt
-        Director de Cultura: Joaquín Arturo Barral   




  ANIVERSARIO “FUNDACIÓN DE ADROGUÉ”

-        1) Foto: Biznieta Fundador “Don Esteban Adrogué”.
-        2) Foto: Hijo Biznieta (Chozno) – Adrogué (H) ; Esteban
-        3) Foto: Invitada especial “Paz Higinia Flores de Barral”
-        4) Animador del acto: Joaquín Arturo Barral.



Fiesta de fin de año: “MUNICIPALIDAD DE ADROGUÉ





Casa de “Jorge Luis Borges”  (Adrogué)

La sencilla casa donde el escritor pasó varios veranos acaba de abrirse al público como museo para dar testimonio de su vínculo con esta localidad bonaerense

Solo o una cosa no hay. Es el olvido. Dios que salva el metal salva la escoria y cifra en su profética memoria las lunas que serán y las que han sido." Así comienza el poema "Everness", de Jorge Luis Borges, inscripto en un mural de la pared del patio de la flamante Casa Borges de Adrogué, abierta a fines de octubre pasado con el aval de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges.

La casa-museo, donde el gran escritor pasó algunos veranos y fines de semana junto con su madre, ya viuda, y su hermana Norah, hasta su venta en 1953, resulta una grata invitación a reencontrarse con su imprescindible obra.

Es una vivienda austera, de dos habitaciones, una cocina pequeña, el living, que funciona como distribuidor, y un patio, cuyas paredes exhiben fragmentos de textos del autor de El Aleph relacionados con la localidad. De los recuerdos de Adrogué surgieron muchos de sus mejores cuentos, porque Borges pasó veranos completos también en el antiguo hotel La Delicia y en una quinta alquilada, y luego siguió visitando el hotel y esta otra casa, ahora acondicionada como museo.

"En cualquier lugar del mundo en que me encuentre, cuando siento el olor de los eucaliptos, estoy en Adrogué", dijo una vez el autor de Ficciones, que siempre que podía volvía a ese lugar de la infancia, de los recuerdos, "entre los eucaliptos y el laberinto, el lugar en que uno puede perderse".

El paseo Borgiano por la zona debería incluir también el circuito de las calles, diagonales, plazas, bulevares, cafés y restaurantes de este pueblo arbolado y sus alrededores; inspirador, además, del diseño de la ciudad de La Plata. Así como también los lugares citados en los cuentos de Borges, aunque ya no existan como tales ni hayan sido exactamente como los plasmó el maestro: el almacén Santa Rita, aún en pie en la esquina de Quintana y De La Peña; el Puente de Turdera; la biblioteca popular y municipal Esteban Adrogué -que soñaba dirigir cuando su amiga Victoria Ocampo lo propuso para el cargo de director de la Biblioteca Nacional-; la Casa de la Cultura (ex Hotel La Delicia) y la plaza Byron donde, dicen, le confesó su amor a Estela Canto.

Adrogué en mis libros:
El municipio de Almirante Brown editó un bello libro titulado “Borges en Almirante Brown”, que incluye entre otros textos la conferencia Adrogué en mis libros, que dictó Borges en marzo de 1977. Allí se lee: "Porque Adrogué era eso entonces (no sé si ahora lo es): un largo laberinto tranquilo, de quintas, un laberinto de vastas noches quietas"; el libro de poemas Adrogué que cuenta con dibujos de Norah Borges, editado por única vez en 1977 y reeditado ahora, con el permiso de María Kodama, más el prólogo "Revelaciones", de su amigo Félix Della Paolera, y hermosas fotos, algunas inéditas hasta ahora.

Fernando González Oubiña, coordinador del museo, fue uno de los encargados de "contextualizar las líneas temáticas que vinculan Adrogué, la obra de Borges, Almirante Brown y esta casa". Fue un año dedicado a la selección de textos, fotos, artistas que intervinieron el lugar siguiendo algunas ideas fijas de Borges: los tigres, los espejos, los laberintos, el tiempo? "Finalmente todo fue aprobado por María Kodama y el conjunto constituye una labor de difusión de Borges para Adrogué y para el mundo, que se volcó en la puesta en valor de la casa y también en el libro", cuenta González Oubiña.
Y es que Borges "tomó personajes de aquí y los ficcionalizó en sus relatos, como el peluquero Cammarota o Mr. Foy, ingeniero del Ferrocarril del Sud, entre otros", agrega.
Recuerda Borges en la citada conferencia que "en 1918, hacia el fin de la Guerra, Europa fue asolada por la peste española. La municipalidad de Ginebra hizo quemar eucaliptos en grandes calderos en las plazas de la ciudad. De pronto sentí estar en Adrogué, estaba de nuevo en Adrogué, había vuelto. O mejor dicho no me había alejado nunca, porque en algún modo yo siempre estuve aquí, siempre estoy aquí. Los lugares se llevan, los lugares están en uno".

La leyenda cuenta que el autor escribió El hombre de la esquina rosada en la casa de la plaza Brown: por la ventana veía el Palacio Municipal pintado entonces del mismo color que la Casa Rosada.
Los cuentos y poemas de Borges asoman desde las paredes y los patios de la sencilla vivienda, se multiplican y se vuelven eternos desde ese Sur que tanto amó.



Cómo llegar:

Casa Borges queda en Diagonal Brown N° 301, Adrogué, Almirante Brown.
Tel. 5034-6282. Abre de lunes a sábados, de 9 a 18; domingos, de 12 a 18.
Visitas guiadas.


 FUENTE : "Diario La Nación"  (Argentina)




Adrogué

Nadie en la noche indescifrable tema
Que yo me pierda entre las negras flores
Del parque, donde tejen su sistema
Propicio a los nostálgicos amores.
 
O al ocio de las tardes, la secreta
Ave que siempre un mismo canto afina,
El agua circular y la glorieta,
La vaga estatua y la dudosa ruina.
 
Hueca en la hueca sombra, la cochera
Marca (lo sé) los trémulos confines
De este mundo de polvo y de jazmines,
Grato a Verlaine y grato a Julio Herrera.
 
Su olor medicinal dan a la sombra
Los eucaliptos: ese olor antiguo
Que, más allá del tiempo y del ambiguo
Lenguaje, el tiempo de las quintas nombra.
 
Mi paso busca y halla el esperado
Umbral. Su oscuro borde la azotea
Define y en el patio ajedrezado
La canilla periódica gotea.
 
Duermen del otro lado de las puertas
Aquéllos que por obra de los sueños
Son en la sombra visionarios dueños
Del vasto ayer y de las cosas muertas.
 
Cada objeto conozco de este viejo
Edificio: las láminas de mica
Sobre esa piedra gris que se duplica
Continuamente en el borroso espejo.
 
Y la cabeza de león que muerde
Una argolla y los vidrios de colores
Que revelan al niño los primores
De un mundo rojo y de otro mundo verde.
 
Más allá del azar y de la muerte
Duran, y cada cual tiene su historia,
Pero todo esto ocurre en esta suerte
De cuarta dimensión, que es la memoria.
 
En ella y sólo en ella están ahora
Los patios y jardines. El pasado
Los guarda en ese círculo vedado
Que a un tiempo abarca el véspero y la aurora.
 
¿Cómo puede perder aquel preciso
Orden de humildes y pequeñas cosas,
Inaccesibles hoy como las rosas
Que dio al primer Adán el Paraíso?
 
El antiguo estupor de la elegía
Me abruma cuando pienso en esa casa
Y no comprendo cómo el tiempo pasa,
Yo, que soy tiempo y sangre y agonía.